lunes, 26 de enero de 2015

El talento como estrategia de productividad

El Índice de Competitividad del Talento Global (ICTG) realizado por las empresas especializadas en Recursos Humanos Adecco, Insead y el Human Capital Leadership coloca a España en el puesto número 30 del ranking mundial que analiza la capacidad de los países para gestionar el talento a través de la atracción, crecimiento y retención del mismo.
Por encima de España se encuentran países como Corea del Sur (puesto 29), Letonia (28), Chile (27), Eslovenia (26) y Qatar (25). Sin embargo, nuestro país se coloca por delante de otras naciones como Eslovaquia (31), Arabia Saudí (32), Hungría (33) o Portugal (34). Solo cuatro de las diez primeras posiciones las ocupan países no europeos: Singapur, Estados Unidos, Canadá y Australia en la segunda, cuarta, quinta y novena posición, respectivamente.
Según Adecco, España se encuentra en una buena posición si se compara con el resto de países dentro de Europa (el 45% de los países de este grupo ocupa una posición inferior en el ranking,). Pero si se hace con respecto a los países europeos de renta alta la posición no es tan buena (solo el 28% de los países ocupa una posición inferior en el ranking).
Crear talento y atraerlo es una de las estrategias fundamentales para aumentar la productividad y competitividad empresarial.
En el Foro Económico Mundial se han expuesto los parámetros que ayudarán a aumentar esta productividad en cualquier país del mundo.
Uno de ellos es la apertura de mente en términos de comercio, inversiones y movilidad. Este es un factor determinante para la competitividad del talento. Expertos en este aspecto son los tres primeros clasificados en el índice ICTG (Suiza, Singapur y Luxemburgo), países que debido a la falta de recursos naturales propios, “jugaron a la globalización y se centraron en su habilidad para enriquecer los recursos humanos”, según el informe.
El segundo es la inversión. Los países deben invertir de forma astuta en mejorar la  competitividad de su talento. El estudio demuestra que la demanda de profesionales altamente cualificados crece de forma exponencial cuanto más alto es el PIB del país.
El origen del talento puede desarrollarse de forma interna o externa, dependiendo de las características de cada país. Principalmente las economías emergentes, optan por traerlo de fuera o enviar a sus élites a formarse al extranjero. El desarrollo de talento no tiene que ser considerado un fin en sí mismo sino que debe ser insertado en una estrategia de empleabilidad.
Por último, otro de los aspectos que ha sido destacado en el Foro Económico Mundial ha sido la tecnología. Los cambios tecnológicos afectarán a los nuevos segmentos del mercado laboral, implicando cambios en los perfiles más demandados y en las competencias que aumenten la facilidad de generar empleo. Los trabajadores deben adaptarse a la tecnología si quieren seguir trabajando, y dada la velocidad de la introducción de la tecnología en casi todas las esferas de la vida, “los empleadores tendrán la responsabilidad de adaptar sus recursos humanos a estos desafíos”.
 
Además de esto, es muy importante que se aumente la flexibilidad en el mercado laboral, que se simplifique la legislación laboral y los trámites burocráticos y que exista una progresiva liberalización del mercado, eliminando barreras y reduciendo impuestos sobre el empleo.

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