Las cualidades de un político “profesional”, es decir, el individuo que vive para su profesión-vocación en la cosa pública, son la entrega apasionada a una “causa”, el sentido de la responsabilidad y la mesura. Estas son las tres virtudes que Max Weber atribuye al buen político.
Vivimos acostumbrados a ver a nuestros representantes políticos como personas aparentemente serias y de imagen impecable (quizá valga la pena puntualizar la palabra "imagen" y cambiarla por "aspecto"). Sus fotos llenan la prensa e inconscientemente se analizan gestos, posturas y muecas tratando de atisbar mayor transparencia en lo que nos dicen que en las palabras que leemos a diario o llegan a nuestros oídos desde los distintos medios de comunicación.
Un grupo de expertos informáticos partidarios de la libertad total en red, jóvenes, sonrientes y seguros de sí mismo se presentan en el Parlamento de Berlín el 19 de septiembre. Visten deportivas, vaqueros, camiseta y americana oscura o sudadera de color. Así es como se muestran los representantes del llamado Partido Pirata alemán.
Fue en 2006 cuando comenzaron su andadura como partido político siguiendo el ejemplo del Partido Pirata Sueco. Su objetivo principal: abogar por la libertad en Internet.
Ahora, un tanto sorprendidos por su victoria y apoyándose en un ideario que se define como izquierdista, el Partido Pirata de Alemania (Ppiratanpartei) da un giro de 180º a la política convencional. Con un 9% de los votos en la capital alemana y pasando de los 12.000 afiliados, este ejemplo de partido inusual, obtiene 15 de los 130 escaños de la cámara regional y se convierten en la quinta fuerza de la política berlinesa.
Ahora, un tanto sorprendidos por su victoria y apoyándose en un ideario que se define como izquierdista, el Partido Pirata de Alemania (Ppiratanpartei) da un giro de 180º a la política convencional. Con un 9% de los votos en la capital alemana y pasando de los 12.000 afiliados, este ejemplo de partido inusual, obtiene 15 de los 130 escaños de la cámara regional y se convierten en la quinta fuerza de la política berlinesa.
¡Un 9% de los votos en la capital alemana! Es un hecho claro de que los ciudadanos demandan ideas frescas, renovación, nuevas oportunidades...
Ideas como las que al otro lado del “charco” se están gestando. Propuestas alentadoras en las que la participación ciudadana tiene mayor protagonismo en la vida política. Es el ejemplo de los candidatos a la alcaldía de Bogotá que recientemente firmaron un Manifiesto Digital, en el que se comprometen a hacer buen uso de las redes sociales, fomentar la participación ciudadana y reportar los resultados de su gestión como mandatarios. Concretamente, el candidato a la alcaldía por la Alianza Social Independiente (ASI), Antanas Mockus, apuesta por las redes sociales como aliado de la cultura ciudadana y el uso de este medio de acercamiento a los ciudadanos, se consolida como aspecto clave en su campaña.
Ni la escasa trayectoria política de la formación, ni el efecto de la inexperiencia y juventud ha minado el resultado del Partido Pirata Alemán. Nada de eso ha evitado que hayan obtenido un escaño en la Eurocámara, gracias a lo cual tienen representación en 39 países de todo el mundo.
Sus afiliados apuestan por la transparencia y el papel del ciudadano ya que son objetivos primordiales del grupo. En palabras de Christopher Lauer, portavoz de la formación, la prioridad es: "hacer más transparente y más cercano al ciudadano todo lo que ocurre en la cámara".
Ni la escasa trayectoria política de la formación, ni el efecto de la inexperiencia y juventud ha minado el resultado del Partido Pirata Alemán. Nada de eso ha evitado que hayan obtenido un escaño en la Eurocámara, gracias a lo cual tienen representación en 39 países de todo el mundo.
Sus afiliados apuestan por la transparencia y el papel del ciudadano ya que son objetivos primordiales del grupo. En palabras de Christopher Lauer, portavoz de la formación, la prioridad es: "hacer más transparente y más cercano al ciudadano todo lo que ocurre en la cámara".
Muchos ciudadanos de diferentes estados democráticos, estamos demandando una cosa común. Las vías para que la sociedad civil sea partícipe en la toma de decisiones son reducidas e insuficientes.
Pasión, sentido de la responsabilidad y mesura. Esas son las tres virtudes que Max Weber asigna al buen político. Añadiría una más: saber escuchar a la sociedad civil.
Pasión, sentido de la responsabilidad y mesura. Esas son las tres virtudes que Max Weber asigna al buen político. Añadiría una más: saber escuchar a la sociedad civil.
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