El “pero” que ratifica el constante conflicto entre ley y justicia

“El banco ha actuado correctamente conforme a la ley pero el juez ha realizado una sentencia justa” estas eran las palabras de Luis María Grande, experto inmobiliario de Ernst & Young Abogados, sobre del conflicto suscitado en materia hipotecaria.

Esta frase sería el resumen de los acontecimientos que han traído cola en los últimos meses, al hilo del auto dictado por la sección segunda de la Audiencia Provincial de Navarra (auto número 111/2010) de 17 de diciembre de 2010, que permitía, por primera vez en España, desde la aprobación de la ley hipotecaría, la posibilidad de saldar una deuda hipotecaria con la  entrega de la vivienda como pago de la misma.

Entramos en el conflicto permanente de lo que podría considerarse justo con lo que la ley dicta.

La cultura legislativa española, al contrario que la que prevalece en otros países como Reino Unido o Estado Unidos, no defienden la dación en pago como una de las opciones para saldar la deuda.

Por un lado, algunos consideran, como la Ministra de Economía, Elena Salgado, que un cambio de éstas características “pondría en peligro el sistema financiero español”, o según las cajas y bancos de ahorros españolas, que algo así supondría “la quiebra masiva” de entidades españolas ya que son su sostén ante la crisis.

El Congreso de los Diputados, aprobará a inicios del mes próximo, la creación de una subcomisión que se encargará de estudiar elementos de mejora (entre ellas las condiciones abusivas) en el sistema hipotecario español.
Por otro lado se resogen las protestas y descontento social (y de algunos partidos minoritarios) acerca de esta medida de caracter hipotecario.

Parece que aún queda mucho por decir en torno a esta materia.

Una vez más, el mismo planteamiento, ¿hasta qué punto lo que entendemos por justicia, queda implícito en las leyes que rigen la vida política, económica y social de los ciudadanos españoles.
Es normal que nos planteemos si la justicia está por encima de la norma, por debajo o se mantienen al mismo nivel. Ya en el s. III el jurista Ulpiano nos decía lo que era la justicia, “la constante perpetua voluntad de dar a cada uno su derecho”.