jueves, 28 de abril de 2011

Sobre la felicidad

En España

Carol Graham Doctora de Economía por la Universidad de Oxford daba algunas respuestas muy interesantes en el diario El Mundo a mediados de este mes,  sobre la relación existente entre la economía y la felicidad.
Negaba que la economía y la felicidad fuera de la mano, y fundamentaba su respuesta en que a pesar de que hay países donde la crisis ha repercutido de forma más fuerte en la satisfacción de sus ciudadanos, no es raro que las crisis refuercen la felicidad de la gente.
De hecho, según el Indice de Prosperidad que elabora el centro de estudios londinense Legatum, España ocupa la posición vigésimo tercera en un ranking que acoge a 110 países en total.
Algunos de los factores que mayor malestar social generan son la incertidumbre y la inquietud. Las personas se adaptan fácilmente a las situaciones difíciles, continuaba, pero ello entraña un peligro a largo plazo, el conformismo es un elemento que entorpece el progreso.

Las personas, hemos de buscar actividades, ocupaciones que empujen nuestra motivación y reflexionar sobre el sentido que tienen las cosas que hacemos a diario.
La compañía internacional Coca-cola, con su publicidad e iniciativas, como la de su primer Congreso de la Felicidad en Madrid, para mí, es un ejemplo de ello.

¿Qué es lo que hace a Bután un país diferente al resto del mundo?

Lo que hace diferente a este pequeño país situado en la falda del Himalaya, entre China e India, es que en lugar poseer un índice de medición monetaria como es el Producto Interior Bruto (PIB), posee un índice que mide el nivel de bienestar social, lo llaman índice de Felicidad Nacional Bruta.
La idea es establecer un método que sea capaz de valorar y evaluar el índice de felicidad (bienestar) de una sociedad.
Sus bases son el desarrollo socio-económico igualitario y sostenible, la conservación de la naturaleza, la preservación de la cultura y patrimonio cultural y, por último, el gobierno responsable y transparente
Y todo ello con una población que ha sabido equilibrar las necesidades del cuerpo y de la mente preservando sus raíces culturales, respetando el medio ambiente y manteniendo fuertes los lazos familiares y el sentimiento de comunidad solidaria. Ttienen en cuenta el número de veces que rezan al día, su estado de salud, el tiempo libre o cultura.

“La felicidad es subjetiva, y no podemos garantizar que la gente lo sea, sería muy ingenuo pensar de esta      manera. No obstante, sí que desde el Estado podemos establecer las condiciones para que los butaneses tengan la posibilidad de serlo” 
(Yeshey Zimba, primer ministro del país por en dos ocasiones)

            Otros países

          Otros países comenzaban a cuestionarse el método para darle alguna aplicación práctica a su nación. El gobierno de Sarkozy hacía referencia el año pasado a incluir en el PIB un indicador adicional que tuviera en cuenta variables como la felicidad, la calidad de vida y la distribución de la riqueza.  La medida fue sugerida por una comisión de expertos liderada por los Nobel en Economía Joseph Stiglitz y Amartya Sen. Canadá pondría en juego un proyecto de características similares, y en Reino Unido, con David Cameron en cabeza, tampoco querían quedarse atrás, interesándose por el bienestar físico y mental de sus ciudadanos.
Anunciaba, Cameron, a finales del pasado año que se comenzarían a medir los progresos en la calidad de vida de los británicos a través de indicadores como salud, nivel educativo, desigualdad de ingresos, relaciones o trabajo, con intención de tener los resultado para el verano del 2012.
En enero se produjo en Londres la primera reunión del Foro Asesor de Medición del Bienestar (organismo consultivo creado por el Gobierno de Cameron).
Jil Matheson, director del Instituto Nacional de Estadísticas,  sería el encargado de elaborar minuciosamente este índice.
Asimismo, la Comisión Europea puso en marcha este verano tres grupos de trabajo relacionados, con distintas líneas de acción. Uno encargado de complementar el PIB; otro encargado de abordar los efectos medioambientales y, el último, encargado de trabajar en la medición de la calidad de vida de los europeos atendiendo a ocho variables, entre ellas, la salud, la educación o seguridad.

No hay comentarios: