El motivo fundamental por el que las personas están dispuestas a afrontar y asumir riesgos es porque el riesgo es una fuente de ventaja competitiva. Cuando uno no se decide a ello, sabe que detrás de un paso de estas características se encuentra siempre una oportunidad respaldando el dicho popular “quien no arriesga, no gana” .
El motivo más inmediato a la aceptación de un riego entendido como reto, es la búsqueda de una oportunidad con la consiguiente puesta en marcha de un proyecto o iniciativa. La respuesta a dicho reto es la búsqueda de una obtención de valor adicional más allá del valor ya existente (obtención de mayores beneficios, ser punto de referencia, apuesta por una idea innovadora…)
Aquí tienes algunas de sus respuestas en tan sólo 140 caracteres:
“Mis padres y abuelos fueron empresarios, así que desde muy pequeña ya quería ser como ellos. Crear una empresa fue un desafío estimulante…”
o Anne-Marie Rakhorst de Paises Bajos
o Search Engineering (Consultoría)
“Pura necesidad. Mujer de 43 años en paro”
o Carmen Yorno de España
o CYO Proyectos (Ingeniería)
“Quería reinventarme a mí mismo”
o László Bódi de Hungría
o Halbo mce Zrt. (Industria)
“El sentimiento de aventura y la relevancia social de nuestro trabajo”.
o Antonio Camara de Portugal
o YDreams (Sistemas de información)
“El deseo de convertir en realidad mis visiones y mi imaginación, con un máximo respeto a la calidad final del producto”.
o Josef Zotter de Australia
o ZSM (Chocolate)
“La sensación de que puedes aprovechar al máximo tus talentos y habilidades al tiempo que persigues proyectos e ideas que significan mucho para ti”
o Angele Giuliano de Malta
o AcrossLimits (Tecnologías de la Información)
Estas son sólo algunas de los motivos de otros para poner en marcha un proyecto con firma propia.
Tú y yo también somos emprendedores. Quizá no sea necesaria levantar una empresa con cientos de trabajadores bajo tu responsabilidad, porque cada proyecto; personal, laboral, familiar… necesita de una cabeza emprendedora con determinación detrás.