martes, 29 de mayo de 2012

¿Cómo nos adaptamos al cambio?

El Dr.Bruce Lipton, biólogo celular estadounidense, afirma en su libro “La biología de la creencia”, que en la evolución no sobreviven los más competitivos, sino los organismos con más capacidad de cooperación y de adaptación.

Carlos Hernández, fundador de Dosabrazos, impartió en el Palacio Municipal de Congresos de Campo de las Naciones en Expomanagement 2012, una conferencia sobre la adaptación de las personas al cambio en la que distinguió tres perfiles asociados a animales; dinosaurio, camaleón y gusano. Éstas representan la actitud de las personas ante el modo de afrontar, percibir y vivir el cambio.

Cuando entré en la sala en la que impartía la conferencia estaba hablando de las personas como dinosaurios. "...viven por debajo de la línea", explicaba. Son aquellos que rechazan la adaptación al cambio y no facilitan que se produzca.
El camaleón, el segundo modelo, es aquel que se adapta para sobrevivir. Esta es la actitud de la mayoría de la gente, pues debido a la necesidad de adaptarse, van asumiendo cambios. El problema radica en que en muchas ocasiones, ese cambio no es suficiente porque suele ser tardío, cuando no queda otro remedio.   
El gusano, sin embargo, fue la figura estrella de la conferencia. "Son el motor de cambio de las corganizaciones", afirmó Carlos. Son personas que tienen la capacidad de reinventarse en algún momento de su vida, y aunque en ocasiones se puede llegar a sufrir una evolución "traumática", el resultado suele ser una salida mejorada y reforzada.

¿Cuál es el motivo de la resistencia al cambio?

El temor a lo desconocido es un ejemplo claro de resistencia al cambio, una postura clara de algunas personas que prefieren anclarse a lo que conocen antes avanzar. El reflan "más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer" resume muy bien ese temor ante todo lo que escapa a nuestro "control". Los hábitos, el "yo siempre lo he hecho así", es otro ejemplo que dificulta ese paso hacia adelante. El temor al entorno, al qué diran si ahora hago esto o lo otro, fue otro de los ejemplos de los que habló Carlos Hernández en su exposición. Para qué cambiar algo si funciona, la comodidad, o el miedo al fracaso también fueron algunos de los ejemplos que enumeró como barreras que imposibilitan la evolución.


La zona de mayor desarrollo de las personas es la zona de reto, esa zona en la que he salido del estado de confort y comodidad para alcanzar un objetivo. ¿Y si fracaso? Nada de fracaso. El resultado será el éxito o generar una nueva oportunidad, porque el fracaso, según Carlos, es abandonar definitivamente, dejar de intentarlo. Si el resultado después de un reto no es el deseado, será un paso más hacia el objetivo trazado, una oportunidad para el análisis y la reflexión, pero en ningún caso un fracaso. 

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